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Cuando caminas descalzo te arriesgas a contraer una serie de enfermedades, ya que tu piel queda expuesta a un sinfín de elementos que pueden lastimarte. ¿Qué pasa cuando, por ejemplo, te perforas con una espina o te golpeas con algo? En el primer caso, una espina, un clavo, un alambre o cualquier punzocortante perforó alguna parte de tu piel y ocurre una alteración. 

Tal alarma ha lanzado una advertencia a gran velocidad, gracias a las sinapsis en nuestras neuronas, localizadas en todo el sistema nervioso de nuestro organismo. La herida ahora está expuesta a un gran número de peligros no solo estructurales, sino de contaminación, al tener un camino abierto a infecciones o contagios de enfermedades, ya sea desde una simple infección por metal por la corrosión de un clavo, hasta la contraer una enfermedad por patógenos, o viral a partir de una jeringa infectada. 

El proceso no es muy complicado: nuestra piel conformada por la dermis y la epidermis protegen del ambiente externo a nuestros tejidos y órganos internos. Cuando esta barrera es rota tanto las paredes de esta como la sangre quedan sin protección inmediatamente los trombocitos actúan creando una protección coagulante basada en fosfolípidos con la cual impiden la pérdida de sangre. 

Mientras esto sucede hay una exposición con lo cual hay una mezcla de materiales que pueden en algún caso contagiar algún patógeno. Por otro lado los hematomas o moretones surgen de un golpe, fricción brusca o desorden grave de los hematíes que circulan por los canales sanguíneos y venas por la sangre presente en los músculos: los ejemplos claros de estos son los golpes con objetos, o choques con alguna superficie, sin embargo las ojeras también son hematomas por el parpadeo sin reposo de una noche en vela, sin dejar de mencionar las varices producidas por la contracción de los vasos sanguíneos y su posterior acumulación. 

Quienes se encargan de resolver este problema se llamaban fagocitos, que reconocen y devoran a las células que están dañadas o muertas, cuando el nivel de estos ya no es suficiente o disminuye su eficiencia aparecen los macrófagos, parte de nuestro sistema de defensa y con la capacidad de comer células y fagocitos, estos dos facilitan la difusión de los moretones en pocos días. 

Como toda unidad que come al escasear el alimento muere, dejando únicamente el músculo libre de materia muerta, y cicatrizado gracias a las plaquetas que coagulan las paredes impidiendo una hemorragia, por esto, después de un gran golpe, tu moretón es morado, que es cuando actúan los fagocitos, después se torna negro o marrón, cuando llegan los macrófagos a comer el hematoma y fagocitos y por ultimo tu moretón desaparece, no trates de romper un moretón solo duplicarás el trabajo de tu organismo, aunque sean casi imperceptibles son gritos del cuerpo humano.