Desde la primera imagen notarás que son significativos los cambios respecto a su predecesora lanzada hace apenas dos años, muy pronto para un lavado de cara, pero todo apunta a una estrategia de mercado en la igninia de Jeep.
Vamos analizando la facia, quien ha marcado sus faros principales con LEDs y reduciendo su tamaño, pero estilizándolos de una manera profunda muy atractiva, el frente más amplio con su clásico panel de 7 rejillas, luces de nieblas más pequeñas pero mejor posicionadas, y una defensa estilizada en detalles de aerodinámica y reforzado.
El interior ha mostrado también importantes cambios, como lo son la inclusión de tecnología de punta, con un panel de control totalmente digital con tecnología de procesadores Nvidia tegra, además un velocímetro digital muy elegante con operaciones automáticas y de seguridad.
La parte trasera del nuevo Jeep es muy similar a la de la Ford Explorer 2012, por no decir idéntica, cambiando por sus dimensiones y las peculiaridades de Jeep, sin embargo lo complementa muy bien con el entorno tecnológico que se le ha dado a la todoterreno.

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José Carlos Garrido Hernández
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