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Hablar de desarrollo sustentable no solo es recurrir a todo lo que la humanidad realiza día a día para disminuir las emisiones ni el impacto medioambiental a nuestro entorno, ni la cantidad de desechos que se logran reciclar, ni tampoco las características que ofrece una nueva empresa para arranchar una producción con su orgullosa bandera verde. 

Desarrollo sustentable es hacer conciencia de aquello que sabemos está en nuestras manos, para contrarrestar o no incrementar los daños que se realizan contra nuestro hogar, es analizar cada una de las acciones que por medio de nuestra causa terminan por convertirse en un desecho que terminará en algún rincón del planeta afectando no solo a una porción de la población mundial, sino a todos los que la habitamos. 

Podemos hacer un ejercicio de retroalimentación, para darnos una idea de cuánto es el consumismo por cada una de las más de 7000 000 000 personas que habitan el globo. En un promedio mundial debemos considerar a nuestra primera necesidad: 

La energía, la materia prima que nos permitirá desarrollarnos. Nuestro primer alimento sería la leche, de la cual en promedio consumimos 9000 litros a lo largo de nuestra vida. Más tarde nuestros requerimientos pasan a las calorías, provenientes de la carne, donde se desprende que cada persona come en promedio 4 cabezas de ganado, 21 ovejas, 15 cerdos, pero el más afectado sería la carne de pollo con 1200 cada persona en el transcurso de su vida. 

Todos estos alimentos serían procesados, en este caso para ser convertidos en nutrientes para nuestro organismo. Sin embargo lo realmente peligroso son los elementos que después de cumplir con su vida como producto se convierten en un desecho inútil. No podemos asegurar que las afectaciones ya realizadas a nuestro entorno reducirán, esto no es posible, ya que cada día, nuestras necesidades nos obligan a liberar desechos, sin embargo, existen maneras de apoyar al planeta a que estos sean asimilados de una manera eficiente, logrando que se pueda sustentar el desarrollo del ciclo humano. 

Si consideramos toda la basura que un hombre promedio desechará en su vida tendríamos frente a nosotros una torre de 120 toneladas por persona, de las cuales 40 serían de envases, paquetes y recipientes de alimentos procesados, 40 más de cartón y papeles sanitarios, 20 de residuos líquidos, y los últimos 20 de electrónicos, plásticos, vidrios y otros. De estos residuos solo el 20% encontrará un lugar en un relleno sanitario, el resto contribuirá a la contaminación en distintas áreas. 

Ahora si bien, la actualidad está gobernada por el atractivo de la mercadotecnia y la tecnología, la cual demanda gran cantidad de recursos y materiales, algunos amables otros tóxicos con el ambiente, que provienen en ocasiones de fuentes limitadas, es nuestro compromiso salvar el entorno del agotamiento de los recursos, no solo con planes de reciclaje, reutilización o reducción de emisiones, sino con el control de nuestro consumismo personal. 

Has un análisis de cuanto contribuirás a este mundo, considera cuánto es el daño al ecosistema, pero también cuanto lo beneficiarás solo con técnicas de control de consumo. Nuestro planeta podría satisfacer tus necesidades sin comprometer tanto el balance global, apoyando con esto a la regeneración terrestre y los ciclos biogeoquímicos, ampliando también los beneficios de una recuperación humana, de flora y fauna, obtendremos un gran premio colectivo, y este es la mejora de nuestras condiciones ambientales, nuestro entorno y nuestros recursos, todo esto logrado gracias un desarrollo equilibrado, entre la evolución del hombre y su hogar común.