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La velocidad de la tecnología en los últimos años es tal que nos es imposible actualizarnos en lo más nuevo respeto a gadgets o accesorios, la mercadotecnia y la competencia a dado lugar a una gran variedad de opciones, que a decir de sus capacidades son relativamente económicas. 

Pero qué decir de lo último que podemos tener al alcance la mayoría de las personas: una memoria USB, hablando un poco de historia, hace poco más de un lustro, las memorias de almacenamiento masivo o pentdrive eran un accesorio para personas de alto nivel o que necesitaban colocar información “Masiva” y de forma portátil, yendo un poco atrás existieron los disquetes o discos de 3 y medio pulgadas, unos discos flexibles magnéticos que tenían un almacenamiento de 2 megas, casi simultaneo nacieron los CD (Compact Disk), los DVD (Digital Versatile Disk) y los USB (Universal Serial Bush), con un almacenamiento basado en memoria sólida que no necesitaba carga para funcionar, que ofrecieron una ventaja de capacidad, mandando al olvido a los aparatosos y oxidables disquettes. 

Cuando los USB surgieron, eran unos enormes accesorios de aproximadamente 10 cm de longitud, con una capacidad máxima de unos 126 Mb, que bueno, para ese entonces era una capacidad incomparable, tal que era capaz de almacenar archivos multimedia y lo mejor de todo podía compartirlo con la pc y copiar sin ninguna dificultad, cosa que los CD no realizan, además sus precios rondaban los 500 pesos (para esa capacidad) y eran unidades bastante escasas. 

¿Pero qué pasó? Tal fue el éxito de las USB, que el mercado decidió ampliarlas, introduciéndola en otros productos digitales como cámaras fotográficas y de video, reproductores y algunos celulares, claro está, que era necesario reducir su tamaño, lograron eliminar tamaño y ampliar sus capacidades, todo esto sorprendentemente reduciendo su precio, los avances con los teléfonos móviles obligaron a ampliar la memoria y reducir aún más el volumen ocupado, para no hacer de un celular un instrumento enorme, he aquí que aparecieron las memorias SD y M2, y fueron introducidas a los móviles, estas ya presentaba un tamaño de 3 por 2 cm aprox. por algunos milímetros de grosor, y capacidades de hasta 2 gigas, pero no duraron mucho en el campo de los móviles, se requería menos espacio y se creó lo que actualmente se puede representar como la mayor compactación de un almacenamiento realmente masivo, las memorias MicroSD, basta con ver su presentación diminuta de 1 x 1 cm, con actuales capacidades de 2, 4, 8, 16, 32 Gb, a precios que en el pasado no se hubieran concebido. 

Pero que simple competencia pueden hacer esas memorias o incluso los discos portátiles y unidades C externas con nuestro cerebro, que sin necesidad de actualizaciones o innovaciones tecnológicas nos ofrece un almacenamiento de 10 000 000 de gigas estándar en nuestro cerebro de 1.35 kg promedio, considerando que no la totalidad de esté se destina al almacenamiento de información, considerando que es un órgano con capacidad de auto alimentación, memoria sólida y capacidad de entrada de información de 32.0 (las convencionales PC utilizan 2.0), Hasta ahora la tecnología no está a nuestro nivel, somos una Supermaquina incomparable. 
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José Carlos Garrido Hernández

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