Llegas a un centro de revelado de fotos y ves las increíbles maquinas que entregan las fotos nítidas, rápido, y son muy pequeñas, te sorprendes al ver que te las entregan en diez minutos y dices,
- Wow tienen una supermaquina de revelado.
- Gracias, y si es muy buena, aquí tiene sus fotos listas
Pero veamos, dile a esa máquina que te pase las fotos, ¿lo hará?, no. Sencillamente está especializada en esa tarea y no la realiza mal, lo hace excepcional pero es lo único que puede hacer de lo demás se encarga otra supermaquina; el humano. La manera en que podríamos compararnos con una impresora, es por ejemplo; cuando alguien te dicta un recado, incluso los niños cuando anotan en un papel lo que mamá les encarga del mandado para no olvidar.
Para empezar la impresora (nuestro cuerpo) no tiene hojas, o papel donde imprimir (escribir el dictado), la impresora cotidiana te manda un mensaje al monitor “inserte papel en bandeja”, el niño buscará las opciones que tenga al alcance, posiblemente vaya a buscar una hoja de cuaderno, o tome papel de tortillas, en fin solucionara el problema del papel, nuevamente en la computadora cotidiana; “cartuchos vacíos, inserte nueva tinta”, el niño tampoco tiene tinta, pero buscara cartuchos y lo usará no importa lo que sea. Entonces entiende lo que dictan para ir anotando todo. Sin embargo, cuando mamá se equivoca y dice no. No me traigas medio kilo de x, tráeme mejor un kilo, el niño corrige el error en la lista, ¿cuándo te ha hecho caso la impresora? cuando le dices, chin!, el título iba en mayúsculas, mejor esperas a que termine y lo corriges nuevamente. Además de que esta comparación solo involucra el acto de anotar o imprimir un documento, la supercomputadora niño, hará la instrucción que escribió, la impresora; Bien ya hizo su trabajo.
Muchos dirán, ¿haber compáranos con una fotocopiadora de las que realizan una copia cada segundo? ok, la fotocopiadora realmente realiza ese trabajo rápido y eficiente, por ejemplo tu pones una hoja de papel, con un folleto sobre una escuela de inglés, lo colocas en el escáner, y automatizas 200 copias, al segundo sale la primera, muy rápido, tu tomas esa primera hoja para revisar si salió bien o requiere hacer cambios en la maquina, al asegurarte que esta correcta, lees el folleto, la fotocopiadora sigue trabajando, ya lleva 80 copias, y tú ya leíste en el folleto de la primera copia que la escuela parece bien, que está cerca de tu casa, parece buen prestigio, etc. Al finalizar sacas la hoja original y la juntas con las 200 copias, entonces llega un amigo y te pregunta. - Y todas esas copias, ¿de qué son? Y tú dices: de una escuela de inglés, está cerca de la casa, y parece buena pero esta cara, ahora. Pregunta a la fotocopiadora si recuerda o te puede sacar una copia más de lo que acaba de copiar 200 veces, simplemente no podrá, en cambio, el cuerpo humano puede reproducir esa noticia n veces a las personas que se lo pregunten hasta que su paciencia soporte. Es indudable somos una maquina incomparable.
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José Carlos Garrido Hernández
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