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- Mamá me duele mucho la cabeza, dame una pastilla. -
Tómala del botiquín hijo, compré una caja nueva y está completa, son unas tabletas blancas dicen Paracetamol. 

El niño confiado, se dirige al botiquín, ve cientos de cajas y paquetitos libres, ve unas tabletas blancas y busca en el reverso que diga paracetamol, no se logra distinguir esta desgarrada, pero estas deben ser, y la toma. Pasados 10 minutos el niño ya no siente dolor. La mamá para asegurarse se asoma por cual tomó, ve la caja de paracetamol intacta, y pregunta 
- Hijo, ¿de cuál tomaste? 
- Unas blancas mamá, como tú me dijiste. 
- Pero la caja tiene todas las tabletas, ¿no te sientes mal? 
- No mamá, y ya no me duele la cabeza. 

Se nos ha inducido desde hace años que cualquier malestar en nuestro organismo es posible curarlo con medicamentos, cabe mencionar que estos en sus inicios fueron creados para tratar a persona que ya presentaban casos críticos y las que no lo tomaban se recuperaban de cualquier manera. No como los casos actuales, en algunos; ya consideran necesario poseer en su bolsa personal gran cantidad de fármacos, por que estos pueden resolver malestares imprevistos, lo cual se incrementa con la farmacia personal que muchas personas consideran necesaria. Es verdad que muchos de ellos son eficientes, e incluso necesarios, lo que no es coherente es introducir hasta 4 tabletas diarias, una para mantenerte despierto, otra para la digestión, el dolor de cabeza de medio día, y para poder dormir, en casos extremos más de esta cantidad. 

Los fármacos generan una distracción en nuestro sistema nervioso central, muchos se preguntan ¿por qué mandamos a nuestro estomago una pastilla para el dolor de cabeza?, la respuesta es sencilla; por que poseemos terminales nerviosas en todo el cuerpo, que por medio de las sinapsis en los axones, se envían la señal de mejora hasta el cerebro. Los elementos importantes de este evento es que en muchos casos un resfriado, un dolor de cabeza, un dolor de estómago, y muchos más síntomas de nuestro cuerpo, no son necesariamente tratables con fármacos, puede ser estrés, alimentación no balanceada, preocupación, cambio climático, un sinfín de elementos, que si consideras tomar o no tomar medicamentos resultara el alivio en el mismo tiempo. La diferencia está en que el medicamento engaña sedando el área que tú mismo cerebro cree que está aliviando, de esta manera tú le indicas a tu cuerpo, - ya te di algo, te tienes que mejorar- esta distracción es la que hace que nos dejemos de preocupar por el malestar y mágicamente nos recuperaremos. 

Has una prueba, compra un par de dulces de caramelo, o cualquiera que tarde considerablemente en derretirse, cuando sientas un malestar, sea dolor de cabeza, de estomago, u otro: toma uno e imagina que es paracetamol (sedante nervioso), naproxeno (desinflamatorio muscular) o cualquier otro para el síntoma en específico que estas presentando, y aparte evita tragarlo, piensa en el tiempo que tardas en derretirlo, cuando termines de consumirlo, tu malestar se habrá ido. En mi caso evito a toda costa los fármacos, debido a su incomprobable funcionamiento en algunos casos leves, obviamente apoyo rotundamente a los necesarios de autocontrol, vacunas y antibióticos, pero en otros casos prefiero no envenenar mi organismo con la basura que queda de esos productos, él no nos lo puede decir, su vos en nuestra, pero son gritos del cuerpo humano.
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José Carlos Garrido Hernández

1 comentarios:

  1. Muy bueno tu articulo, y no se porque pienso que fue dedicado a mi jejeje. pero tienes razon aveces solo es mental

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